Durante 20 años, la infidelidad de su marido convirtió a Minerva en alguien invisible, anulando sus emociones y vetando sus necesidades como mujer. Situación que la llevó a un limbo de auténtico vacío y sufrimiento. Hasta que su amor propio resurgió de las cenizas y dio una estocada final a esa relación de violencia doméstica…